Veamos en este estudio acerca de la necesidad de conocer lo que la Palabra de Dios enseña acerca del principio Biblico de congregarse.
Indice del Tema
- ¿Por qué debemos congregarnos?
- 1.- Porque es un mandamiento que además trae bencición
- 2.- Para aprender Juntos
- 3.- Para alabarle
- 4.- Para animarnos
- 5.- Porque el día se acerca
- 6.- Jesús nos dio ejemplo en cuanto a congregarnos
"No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más veis que aquel dia se acerca" (Hebreos 10:25)
Los tiempos en que vivimos son los días a los que se refiere las Escrituras en cuanto a que "el amor de muchos se enfriará". Por ello, es de especial importancia que nos animemos y exhortemos unos a otros en cuanto a congregarse se refiere.
Animar y agradecer a la congregación el esfuerzo que hacen para congregarse. Hebreos 10:25 "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortandonos y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca"
Vemos que la exhortación se manifiesta en diferentes formas: como ánimo, consuelo, advertencia, fortalecimiento. A la pregunta de ¿Por qué tenemos que congregarnos?, seguro que nuestra primera respuesta sería porque es un mandamiento. La respuesta es absolutamente correcta. Pero como todos los mandamientos de Dios para nosotros, tienen una razón y un porqué. No son simplemente porque si.
En el griego original se taduce como : "no abandonando la asamblea", también se traduce como: no desertemos, y según el verbo original en griego da la idea de un alejamiento contínuo.
Como todos los mandamientos de Dios, el cumplirno o no, nos traerá sus respectivas consecuencias. Nos deparará bendición si obedecemos, o traerá a nuestra vida las consecuencias que Dios considere necerarias para reprendernos, si no obedecemos. "al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado" (Santiago 4:17)
Por otra parte, veamos cual es el significado de congregación: Encuentro, Asamblea programada. Es el encuentro de los cristianos nacidos de nuevo que forman parte del cuerpo de Cristo.
Vemos el contexto de Hebreos 10:25
"Asi que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados de los cuerpos con agua pura. Mantengamonos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10: 19-25)
"Eva fue terriblemente tentada cuando estaba sola. El no congregarse es proyección a la tentación"
Un breve resumen de estos versiculos:
El escritor de Hebreos se dirige a sus hermanos Judios con una invitación a dejar atrás el sistema levítico y apropiarse de los beneficios del nuevo pacto en Cristo.
Gracias al ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote, los Hebreos pueden entrar con plena confianza a la presencia de Dios.
Es una invitación a aquellos que estaban en la asamblea pero todavía no habían venido a Cristo. Describe los requisitos previos para entrar a la presencia de Dios: sinceridad, seguridad, salvación y santificación.
Mantenerse Firme o asirse con firmezqa, no es algo que se hace para mantener la salvación, sino que más bien es una evidencia de la salvación.
En nuestro caso, la Profesión de nuestra esperanza es la afirmación de la salvación.
Si fluctuar, aquéllos debían abstenerse de cualquier inclinación que les
hiciera retroceder al Antiguo Pacto. Muchos habían comenzado a
considerar la posibilidad de volver a las prácticas del sistema levítico
del judaísmo para evitar la persecución.
El ánimo mutuo para mantener un compromiso era, y es vital.
“…Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos…”:
“Estimularnos”… la palabra
“paroxismo” se deriva del término
griego y significa en este contexto: incitar o apremiar a una persona a
hacer algo. Eso debemos hacer los unos a los otros. Este, por tanto, es
el sentido de este escrito también.
Seguimos viendo el contexto:
Hebreos 10: 26, 27 “Porque si pecáremos
voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios.
Dicho de otro modo:
“Porque si voluntariamente
nosotros continuáremos pecando después de haber recibido el pleno
conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados”.
Estos versículos tienen una conexión con el pecado de algunos que
desertan de las reuniones eclesiales. Obviamente, a pesar de haber
recibido el
conocimiento de la verdad (no la verdad en sí),
pueden llegar a pecar voluntariamente. ¿Serían estos realmente salvos?
No. Nadie que sea realmente de Cristo puede pecar voluntariamente.
La Palabra es
diáfana al respecto:
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar,
porque es nacido de Dios” (1 Juan 3: 9)
Cristo permanece en el que ha nacido de Dios. Este no puede pecar del
modo expuesto en Hebreos 10: 26 porque no sólo tiene conocimiento de la
verdad (el cual también lo tiene Satanás), sino que tiene la verdad en
sí, que es Cristo.
Este pasaje de Hebreos trata el pecado de la apostasía, que es el
retroceso o la deserción intencional. Los apóstatas se sienten atraídos a
Cristo en un principio, oyen y entienden Su evangelio, y están a punto
de creer para salvación, pero después se rebelan y dan la espalda. Esta
advertencia contra la apostasía es una de las advertencias más serias en
toda la Escritura.
No todos los hebreos responderían a la invitación de la salvación,
algunos ya no tenían ni esa posibilidad. Lo mismo pasa y ha pasado a lo
largo de la historia de la Iglesia.
“El apóstata siempre cree tener la razón; es parte de su engaño en el que está”
Volviendo a tema principal, que es congregarse:
La Biblia nos enseña que la iglesia de Jerusalén se congregaba tanto en el templo como por las casas.
Hechos 2: 46, 47 “Y perseverando unánimes cada día
en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con
alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con
todo el pueblo, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían
de ser salvos”
Entendemos pues que la congregación está donde un grupo de personas se
reúne en el nombre del Señor Jesucristo, independientemente del lugar
donde se junten.
¿Por qué el autor de Hebreos escribe así?
“no dejéis de congregaros como algunos tienen por costumbre”, pues evidentemente porque había hermanos en la fe que habían dejado de congregarse.
La adoración colectiva en la congregación es una parte vital de la vida
espiritual. Esta es una advertencia sobre la apostasía en un contexto
escatológico. El escritor de Hebreos hace referencia al día que se
aproxima (la segunda venida de Cristo).
Esta exhortación se manifiesta por una urgencia escatológica que
requiere un aumento en la intensidad y en el número de actividades
cuanto más se acerca el día de Cristo.
¿Cuáles pueden ser las razones por las que una persona deja de congregarse? Algunas son:
Por egoísmo, desidia, negligencia, soberbia, al no querer mezclarse con
el pueblo, y lo más probable en este caso, temor a la persecución. En
nuestros días, temor al que pensarán
Yo creo que hay muchas razones, pero básicamente se podrían resumir en dos:
1-Porque nunca ha sido salva la persona.
1 Pedro 2: 2, 3 “desead, como niños recién
nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis
para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”
¡Nos asustaríamos si supiéramos cuántos y cuántos realmente no son salvos en tantas congregaciones!
2-Por caer en engaño.:
Falsos motivos al respecto:
“No es necesario ir a la iglesia”
“No necesito ir a la iglesia para creer en Dios”
“Yo oro, alabo y estudio la Biblia mejor en mi casa”
"Yo soy mi iglesia”
“Dios está en mí y me ama, ¿para qué ir a alguna parte?”
“Dios está en todo lugar, la iglesia no es necesaria”
“Yo y el Señor; eso es lo que quiero”
“Si soy honesto, me aburre ir a la iglesia”
“Está llena de hipócritas”
“No hay nada realmente nuevo que me pueda enseñar el pastor o los hermanos”
“Allí no saben valorarme”
“Hay hermanitos inaguantables…Hermanitos que ni me saludan…que me critican…"
“Prefiero buscar a Dios en la naturaleza, en la gente… ¡en el partido de fútbol del domingo!”
“Etc. etc. etc.””
“El cristiano que se aparta, suele tener un concepto equivocado de sí
mismo. A veces ese concepto es en cuanto a superioridad espiritual”
Se piensa así en alguna de las variantes cuando uno cae en engaño. Y uno
llega a ese engaño entre otras razones; cuando tiene amargura en su
corazón, resentimiento, falta de perdón, orgullo, porque es negligente,
sabio en su propia opinión, ambicioso, perezoso, etc.
Hay veces en las que tenemos motivos reales por los cuales no podemos
congregarnos, pero estos serán sólo de forma temporal y por razones
legítimas.
Una persona que no se congrega, por mucho que diga que se alimenta
leyendo la Biblia, o mediante programas de radio, televisión o internet,
no está haciendo lo que debe hacer si no se congrega, y está fuera de
la voluntad de Dios, aunque no lo quiera o sepa reconocer .
¿Por qué debemos congregarnos?
1.- Porque es un mandamiento que además trae bencición:
Obedecer los principios de Dios trae bendición a nuestras vidas.
Mateo 18: 20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
Vemos
en el capítulo de Hechos 2 que Dios derramó su Espíritu Santo cuando
estaban orando todos juntos. Hay una presencia especial de parte de Dios
cuando nos reunimos en Su nombre
Salmo 133:1-3¡Mirad
cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como el
rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí
envía Jehová bendición, y vida eterna”
Dios manda (ordena) bendición y salvación.
1. El salmista pone de relieve cuán bueno, es decir, cuán provechoso, es que los hermanos, no
los unidos por los vínculos de la carne, sino los israelíes
pertenecientes a las distintas tribus, del pueblo escogido por Dios, se
mantengan estrechamente unidos. No sólo era bueno, provechoso, sino delicioso, agradable, hermoso.
2.
Las ilustraciones son típicamente orientales: El aceite de la unción
era derramado sobre la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 29:7) y bajaba por
las patillas hasta la barba, la luenga barba que era una señal de gran
dignidad en el Oriente. Como esta barba llegaba
hasta la escotadura de
sus vestiduras sacerdotales, el óleo llegaba, por la barba, hasta las
doce piedras, símbolo de las doce tribus de Israel, del pectoral.
De manera semejante, las bendiciones de toda clase, sólo podían extenderse a quienes viviesen en unidad y armonía fraternas.
El aceite es símbolo del Espíritu Santo.
La segunda comparación es con
el rocío de Hermón. El rocío (humedad salpicada) es emblema de bendiciones divinas, por lo que el descenso de su rocío
sobre las alturas de Sión es una imagen poética para designar bendición material.
La segunda parte del v. 3 dice literalmente:
“Porque allí manda (es decir, ordena, no "envía")
Yahweh la bendición, es decir,
vida para la nación de Israel,
hasta la eternidad.
2. Para aprender juntos:
Para
aprender de las enseñanzas, estudios, etc. Debemos aprender la Palabra
de Dios para edificación de nuestras vidas y para poder enseñar y
evangelizar a otros. Una de la evidencias del nacimiento espiritual es
ese deseo de recibir alimento espiritual y compartirlo.
1 Pedro 2:5 “vosotros
también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
Dios por medio de Jesucristo”
(Véase
1 Corintios 12: 4 al 21 y 26, 27)
Cada
don que reciba una persona, no es solamente para beneficio de esa
persona, sino para el beneficio de aquellos que no tienen ese mismo don.
Así sucesivamente, cada uno es ayuda para el otro. Eso es parte
sustancial de la unidad en el Espíritu
(Ef. 4 ss.)
El fin de esto es que el cuerpo crezca en armonía, así como crece el cuerpo humano.
Efesios 4:11, 12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”
Así
como en el cuerpo humano el regulador y sincronizador de todos los
miembros internos o externos es el cerebro que se encuentra en nuestra
cabeza, así también el que rige la vida de la iglesia como un cuerpo es
Cristo, la cabeza del cuerpo que es la iglesia.
El
cuerpo puede vivir sin un brazo, una pierna o un ojo, aunque sufrirá,
pero sin lo que no puede vivir de ninguna manera es sin cabeza o
cerebro.
Efesios 1: 22, 23 “y
sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas
las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo”
Efesios 4:15, 16 “sino
que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y
unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según
la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor”
3.Para alabarle:
Dios
habita en medio de las alabanzas de su pueblo. Aunque debemos adorar a
Dios en todo tiempo y lugar, la presencia de su Espíritu se manifiesta
de forma especial cuando lo hacemos juntos.
Salmos 122: 1 “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”
Salmos 22: 3 “Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel”
Salmo100: 4 “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre”
Es un gozo ir a la casa del Señor.
“La alabanza manifiesta a Dios en la congregación es perfecta voluntad Suya”
4. Para animarnos:
Cuántas
veces no hemos llegado a la reunión con preocupaciones, y decisiones
que tomar y los hermanos nos han ayudado en nuestra necesidad. Sin duda
la respuesta es todos.
Como
personas, tenemos necesidad de relacionarnos unos con otros porque Dios
lo ha establecido de ese modo. Dios nos ha creado para vivir en
familia, no aislados ni en solitario.
1 Tes. 5:11 “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
1 Tes. 5:14 “También
os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los
de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para
con todos”
5. Porque el día se acerca:
Debemos
estar conscientes de que esperamos la venida del Señor para El
llevarnos. Desde el tiempo del apóstol Pablo la iglesia lo ha estado
esperando, deseando; ha estado amando su venida.
Dice
la Escritura que en los días que precederán a su venida el amor de
muchos se enfriará, es por eso que nos exhorta a mantenernos unidos al
cuerpo.
Romanos 13:11 “Y
esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando
creímos”
“Nuestra
bienaventurada esperanza es Cristo viniendo a por nosotros, reunidos,
todos los que amamos su venida; ¿cómo puede uno que abandona la asamblea
de Cristo esperar ese día cuando anda “por libre”? No puede.
6. Jesús nos dio ejemplo en cuanto a congregarnos:
Lucas 4: 16 “Vino
a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”
El
templo de Jerusalén fue destruido varias veces, por lo cual los judíos
de aquellos tiempos al tener la necesidad de congregarse establecieron
las sinagogas.
Sinagoga: Proviene del latín
synagoga, y este del griego
synagoge, del verbo
synago (reunir o congregar)
Se
supone que las primeras sinagogas aparecieron en el siglo sexto antes
de C. de entre los judíos deportados por Nabucodonosor en la conquista
de Jerusalén hacia el año 597 a. C. y tras la destrucción del templo y
la ciudad santa.
En
las sinagogas se reunían para estudiar, cantar y orar en común. No eran
edificios construidos especialmente para el culto sino que cualquier
local hacía las veces de lugar de reunión.
Concluyendo:
Si
somos cuerpo de Cristo actuemos como tal. O dicho de otro modo: los que
somos miembros del cuerpo de Cristo, actuemos como tales. Jamás veremos
una mano viva a metros de distancia del brazo al que está unida, a
voluntad. ¿Por qué entonces hay tantos verdaderos hermanos en la fe, que
por motivos personalistas van “por libre” y por tanto no se reúnen? No
dejemos de ver en ello una desobediencia al mandato del Señor.
Dios les bendiga.
Fuente :
www.centrorey.org
Fin